1. Vacío
2. Adormecer la conciencia
Dichosas neuronas y sus directrices, en conflicto permanente con mi voluntad; la misma que ellas organizan; múltiples conexiones son necesarias para sostenerme en pie y otras tantas para que acabe arrodillado vomitando palabras. Yo exijo la presencia de somníferos, amnésicos, calmantes…y una larga lista de sustancias dentro de mi organismo, soy yo, lo quiero así.
Pese a los fármacos, los pensamientos destructivos me asaltan, y me arrastro por los mugrientos suelos, cubiertos de finos jirones de terciopelo azul; de lo que fuera una elegante moqueta de hotel, sólo permanecen tiras roídas y astilladas. Como un animal, a cuatro patas, busco otro cuerpo al que sentir muy cerca, para compenetrarme en la más básica actividad: respirar.
3. Deseo
Piel contra piel, el ritmo se vuelve frenético y la respiración se torna expiración. En ese mismo instante, bajo una parálisis mental, encamino mis esfuerzos hacia la satisfacción monumental. No hay retroceso, sólo un ciclo cuyas fases he de cumplir para retornar a la situación inicial.
4. Castigo
El dolor agudiza, sin embargo, una sonrisa brillante languidece en mi rostro cuando imagino, con los ojos abiertos, sin pestañear, las marcas caducas en mi piel del rastro de lo que fue una excitante emoción.
5. La Petite Morte
Desde ahí, con una perspectiva arrastrada contemplo la belleza encubierta en lo horrendo, poso mí mirada más allá de la piel, descubriendo lentamente un falso ídolo, como un velo caído ocultaba sinuosamente un rostro adorable.
El empuje de una fuerza misteriosa y un eco incesante desvelan el anhelo de muerte que se encierra y corre por mis venas.
6. Estoy vivo y vacío
Y de repente una mancha lo cubre todo hasta fundirse a negro; un fondo negro de múltiples y diminutos fuegos artificiales, fucsias, verdes, pequeñas luces de neón que chisporrotean y, entonces, luego, todo se vuelve blanco y no hay nada.
2. Adormecer la conciencia
Dichosas neuronas y sus directrices, en conflicto permanente con mi voluntad; la misma que ellas organizan; múltiples conexiones son necesarias para sostenerme en pie y otras tantas para que acabe arrodillado vomitando palabras. Yo exijo la presencia de somníferos, amnésicos, calmantes…y una larga lista de sustancias dentro de mi organismo, soy yo, lo quiero así.
Pese a los fármacos, los pensamientos destructivos me asaltan, y me arrastro por los mugrientos suelos, cubiertos de finos jirones de terciopelo azul; de lo que fuera una elegante moqueta de hotel, sólo permanecen tiras roídas y astilladas. Como un animal, a cuatro patas, busco otro cuerpo al que sentir muy cerca, para compenetrarme en la más básica actividad: respirar.
3. Deseo
Piel contra piel, el ritmo se vuelve frenético y la respiración se torna expiración. En ese mismo instante, bajo una parálisis mental, encamino mis esfuerzos hacia la satisfacción monumental. No hay retroceso, sólo un ciclo cuyas fases he de cumplir para retornar a la situación inicial.
4. Castigo
El dolor agudiza, sin embargo, una sonrisa brillante languidece en mi rostro cuando imagino, con los ojos abiertos, sin pestañear, las marcas caducas en mi piel del rastro de lo que fue una excitante emoción.
5. La Petite Morte
Desde ahí, con una perspectiva arrastrada contemplo la belleza encubierta en lo horrendo, poso mí mirada más allá de la piel, descubriendo lentamente un falso ídolo, como un velo caído ocultaba sinuosamente un rostro adorable.
El empuje de una fuerza misteriosa y un eco incesante desvelan el anhelo de muerte que se encierra y corre por mis venas.
6. Estoy vivo y vacío
Y de repente una mancha lo cubre todo hasta fundirse a negro; un fondo negro de múltiples y diminutos fuegos artificiales, fucsias, verdes, pequeñas luces de neón que chisporrotean y, entonces, luego, todo se vuelve blanco y no hay nada.
Texto de Irene de Juan
25 años
Creadora de belleza
Licenciada en Comunicación Audiovisual
lo bello en lo horrendo... unos 150años después, casi como que va siendo hora de encontrar un nuevo espacio para lo sublime. pero mientras tanto, será eso, lo sublime dentro de lo feo. es leben die moderne und das häßliche!
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