Un veneno invisible
corre por mis venas
camuflado en la sangre,
veneno incendiario,
prende un fuego visceral
La amargura brota a borbotones,
con un remanente a vómito
invade mi garganta
Una náusea disconforme
le sobreviene a mi vientre iracundo
Hoy me he vuelto radical
hoy no me conformo con el gris,
hoy no vale su gama, su escala tonal
quiero blanco o quiero negro
no me sirve lo intermedio
quiero dar salida
a esta brasa ciega
que arde dentro
prendo mechas explosivas
anhelo un estallido
de ondas expansivas
que aniquile todo
que agote esta saliva corrosiva
que me consume la vida
Quiero devolver el contador al cero
a la nada inicial
y reconstruir mi ser en ruinas
sobre pilares firmes, baluartes puros
las migas de pan pueden ser tiernas o radicalmente duras, pero siempre servirán para crear, bien sea un camino de vuelta a casa, o algo que llevarse a la boca para la fauna que habita el bosque.
ResponderEliminarNo todas las migas son iguales, ni todos los que giramos alrededor de ellas tampoco.
Veneno, a veces sabe tan bien...
y el azucar puede ser irritante,
lo radikal puede ser amor,
y la creación puede ser todo eso y mas, siempre que el encendedor de la chispa caiga en buenas manos.
Que vivan las mentes de riendas sueltas, sin sillas de montar.
Cuánto tiempo, kalimotxero!!! Qué bien tenerte por aquí para saborear mi veneno y mi amor radikal! Muchas gracias por tu comentario, prometo pasearme pronto por tu rincón y dejar una pequeña huella en forma de comentario.
ResponderEliminar¡Vivan las mentes libres y alokadas!