Quebró un cristal,
se hizo añicos,
dispersos por el suelo yacen mil pedazos afilados,
dispuestos a morder un pie descalzo y despistado,
cristalitos diminutos y traviesos,
deseosos de empaparse de gotitas de sangre,
que vierta sobre ellos una mano descuidada,
una pisada desgraciada.
Como se nota que tenemos internet en casa de los papis, tu producción literaria va in crecendo, me kiunde
ResponderEliminar