miércoles, 10 de diciembre de 2008

La nieve, otra vez

A veces uno se olvida de la magia que acompaña a la nieve,
a los copos que posan sus alas estrelladas sobre el cristal, con brazos hexágonos dibujan saludos a quien sabe contemplar.
Nublado por la obsesión con el frío,
crispado por congelamiento articular,
garganta irritada, invadida de frío polar,
uno clava la mirada en el suelo y deja de mirar, de admirar, de observar,
se entumece el vuelo etéreo del espíritu libre
que late sólo en el destello de la serenidad
Mas caen los primeros copos
con suavidad,
se extiende un silencio progresivo por toda la ciudad,
y una cortina de estrellas heladas envuelve todo de bella irrealidad,
deja de existir lo demás,
en medio de sonidos vagos, personas lejanas,
explosión de belleza, frenesí de paz
emerge el yo
se eleva el espíritu entre la blancura,
entre la pureza natural que invade cada rincón,
cada pliegue de hoja, cada grano de arena, cada sabia piedra, muda en su misterio centenario ,
la nieve reposa en tejados, en copas y cúpulas, blanquea pelos canos,
congela con su canto mudo el tiempo

1 comentario:

  1. La belleza, la poesía está en cualquier cosa, en un copo de nieve, en un yuyo, enel canto de un pajarillo...
    Sólo hay que saber mirar.
    Un hermoso poema, a mi juicio.
    Saludos

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